Esta iniciativa, que tiene como meta minimizar la exposición de los maquinistas a los riesgos y condiciones de la faena, está en una primera fase: mantenimiento mayor, en la que se recuperan y actualizan las funciones del sistema de señalización y control de tráfico (Interflow). Las pruebas preliminares se ejecutaron con una locomotora de producción, la cual fue controlada desde la Sala CIO en Rancagua.
Con la misión de recuperar y actualizar las funciones del sistema de señalización e interflow de Ferrocarril Teniente 8, el proyecto de automatización avanza considerablemente en la División.
Lo anterior, mediante el logro alcanzado en los testeos iniciales de semanas atrás: una de las diez locomotoras de producción se movió de manera autónoma, con instrucciones emitidas desde la Sala CIO. Este trabajo comenzó desde el año 2021.
“Estas pruebas buscan recuperar el modo ATO (Automatic Train Operation) de las locomotoras, lo que permite que el tren se desplace autónomamente. Estos sistemas venían incorporados hace aproximadamente 20 años, sin embargo, con la tecnología de ese entonces era bastante particular”, señala Francisco Muñoz, jefe Valor Económico de Proceso de Construcción en el Proyecto Interflow.
Muñoz, añade también que, por dificultades operacionales de aquel tiempo, el sistema se mantuvo en desuso y quedó obsoleto. “Hoy contamos con otro nivel de tecnología que es importante implementar y llevar a la vanguardia este ferrocarril, que ha pasado mucho tiempo sin una intervención tan grande como esta”.
Juntos logramos más
“Para sacar adelante la automatización de la locomotora, no es fácil, porque el ambiente es agresivo. Pero, para eso estamos con nuestra experiencia y conocimientos, saltando esas barreras”, expresó Juan José Sánchez, jefe de Mantenimiento Interflow del Ferrocarril Teniente 8.
Acorde a ello, menciona que el trabajo en equipo ha sido fundamental para superar todas las pruebas y obtener el éxito. “Acá todos nos necesitamos, porque cada uno cumple una función específica y necesaria. Tenemos que ver que la infraestructura esté preparada para recibir una locomotora automática y ese es nuestro norte, estar en cada uno de estos puntos y que las cosas funcionen, impulsando con mucha fuerza el cambio cultural”.
Complementando la importancia del trabajo en equipo, el operador Héctor Muñoz expresa lo siguiente: “Este es un sistema muy antiguo y hemos requerido el apoyo de compañeros de operaciones y mantenimiento para que nos guíen. Es importante para nosotros la retroalimentación, que estemos todos involucrados en el proceso y conocer las opiniones y mirada crítica de los operadores, porque ellos son la primera fuente. Eso nos ha hecho avanzar de forma rápida, dentro de los plazos establecidos e incluso adelantando ciertos hitos”.
Ferrocarril Teniente 8 y el cambio cultural
“Esta es una transformación fuerte, porque las personas están acostumbradas a trabajar por años de una forma en particular y estamos cambiando ese paradigma, llevándolo a un tren autónomo”, postula Francisco Muñoz.
Y es principalmente ese cambio cultural el que en el área definen como el desafío que se deberá enfrentar.
“Debemos concientizar a los trabajadores para que comprendan que la automatización y evolución de los procesos van asociadas a la seguridad, a mejoras para la gente. Ese es el punto de inflexión, que es un beneficio para todos”, dice Felipe Viera, jefe de turno del Proceso de Tráfico.
Proyecciones 2025
La meta hacia el año 2025 es potente y clara: lograr que los trenes funciones sin maquinistas. Para ello, se están realizando testeos constantes de automatización.
“En la primera fase que se encuentra actualmente este gran proyecto (mantenimiento mayor), fue necesario recuperar las funcionalidades originales que se perdieron en un pasado. Ya recobradas en su totalidad, se establecerán mecanismos de medición, desempeño y comportamiento para conocer los puntos a mejorar”, detalló Francisco Muñoz, jefe de Proceso Construcción del Proyecto Interflow.
Si se recuperan todas las funcionalidades según los plazos estipulados, en 2025 los trenes ya podrían estar operando de forma autónoma.
Una segunda etapa se enfoca en el mejoramiento de los sistemas de comunicación y redes inalámbricas. “En palabras simples, debemos ampliar y mejorar el tráfico de datos que tenemos actualmente”, dice Muñoz. Para eso, deberán instalar la infraestructura adecuada al cambio estipulado.
La siguiente fase, tiene que ver con la optimización del sistema de señalización y control del ferrocarril. Todo esto, proyectado, en un lapso de unos cuatro años.